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La Memoria

La memoria humana es una realidad fascinante y compleja. Es la capacidad mental a la que más recurrimos y a la que mayor esfuerzo exigimos, aunque a todos nos ha traicionado alguna vez. Gracias a la memoria, recuperamos imágenes y escenarios del pasado, conservamos nuestras experiencias y emociones, y elaboramos nuestra historia  personal. No podemos vivir sin conciencia de lo que hemos vivido.

El Sistema Nervioso, el más completo y desconocido de todos los que conforman el cuerpo humano, asegura junto con el Sistema Endocrino, las funciones de control del organismo.
Capaz de recibir e integrar innumerables datos procedentes de los distintos órganos sensoriales para lograr una respuesta del cuerpo, el Sistema Nervioso se encarga por lo general de controlar las actividades rápidas. Además, el Sistema Nervioso es el responsable de las funciones intelectivas, como la memoria, las emociones o las voliciones.
Su constitución anatómica es muy compleja, y las células que lo componen, a diferencia de las del resto del organismo, carecen de capacidad regenerativa
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La función principal de la memoria es proporcionar a los seres humanos los conocimientos necesarios para comprender el mundo en el que viven. La memoria conservar y reelabora los recuerdos en función del presente y actualiza nuestras ideas, planes y habilidades en un mundo cambiante.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tipos de Memoria

No poseemos una sola memoria, aunque ciertamente tendemos a considerar la memoria como un todo, diciendo que tenemos, de forma global, UNA buena o mala memoria

 

Existen diferentes memorias según la duración del recuerdo:

  • La memoria sensorial: Capta toda nueva información durante solo algunos centenares de milésimas de segundo.

 

  • La memoria a corto plazo, llamada también memoria de trabajo: Toma el relevo a la anterior, conservando la información durante más o menos un minuto. Su capacidad es igualmente limitada en cantidad, y permite registrar alrededor de siete elementos. Permite, por ejemplo, retener un número de teléfono dado de viva voz, durante el tiempo de marcarlo o de escribirlo. Interviene también en la lectura, permitiendo retener la frase que acabamos de leer, de modo que la siguiente resulte coherente.

 

  • La memoria a largo plazo: Interviene cuando se desea retener por más tiempo una información. Esta memoria tiene una capacidad y una duración de conservación de la información ilimitada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Existen también otras memorias a largo plazo según el tipo de recuerdo: 

  • La memoria episódica: Permite recordar lo que hemos hecho el día anterior, la visita al dentista o la velada en casa de un amigo. Es decir, con ella se recuerdan acontecimientos que constituyen recuerdos personales, autobiográficos, en los que el contexto de memorización es muy relevante.

 

  • La memoria semántica: Agrupa los conocimientos relativos a las reglas gramaticales, sentidos de las palabras, hechos culturales, nombres de ciudades o de objetos, etc., que constituyen conocimientos generales, sin relación con el contexto de memorización. No recordamos el momento preciso en que aprendimos esas informaciones.

 

  • La memoria procedimental: Se refiere a los conocimientos difíciles de comunicar de manera explícita. Son todas nuestras habilidades, como tocar el piano, ir en bicicleta, conducir, abrocharnos la ropa... Son actos que realizamos de manera automática, pero que necesitan la implicación de conocimientos almacenados en la memoria. Estos conocimientos son, por ejemplo, saber que una determinada posición de las manos sobre el piano permitirá tocar un acorde concreto, o que tal maniobra con el coche permitirá girar a la izquierda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Procesos Basicos de la Memoria

Los seres humanos construimos y renovamos nuestra representación del mundo a partir de tres procesos cognitivos fundamentales: la percepción, el aprendizaje y la memoria. El aprendizaje consiste en adquirir conocimientos sobre el mundo a través de la experiencia, y la memoria es la retención y evocación de esos conocimientos.

La memoria tiene tres funciones básicas: recoge nueva información, organiza la información para que tenga un significado y la recupera cuando necesita recordar algo. El recuerdo de rostros, datos, hechos o conocimientos consta de tres etapas: codificación, almacenamiento y recuperación.

• Codificación.

Es la transformación de los estímulos en una representación mental. En esta fase, la atención es muy importante por la dirección (selectividad) y la intensidad (esfuerzo) con que se procesan los estímulos.

• Almacenamiento.

Consiste en retener los datos en la memoria para utilizarlos posteriormente. La organización de la información se realiza mediante esquemas, unidades estructuradas de conocimiento que reúnen conceptos, categorías y relaciones, formando conjuntos de conocimientos.

• Recuperación.

Es la forma en que las personas acceden a la información almacenada en su memoria. Puede ser espontánea, cuando los recuerdos surgen de forma casual, o voluntaria

 

 

 

En Resumen.................................

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las pérdidas de memoria

La memoria tiene un importante papel en la vida cotidiana del ser humano, por ello se comprende muy bien que los problemas de memoria puedan verse como un obstáculo e incluso ser fuente de estrés.

Por otra parte, quejarse del funcionamiento de la memoria es muy habitual en personas de más de 50 años, que a menudo temen que esos problemas de memoria estén asociados a alguna patología.

Esto, no obstante, suele ocurrir raramente, aunque sí es normal observar una disminución en el rendimiento de la memoria con la edad.

La edad no es el único factor que desencadena un deterioro en el rendimiento de la memoria. También contribuyen a ello otros factores, como las circunstancias y determinados acontecimientos, la fatiga, el estrés, la motivación o la emotividad.

Las causas del olvido o pérdida son muy diversas:

• Lesión o degeneración cerebral: El olvido se produce porque la persona tiene una lesión cerebral o por alteraciones neurológicas, como, por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer o el síndrome de Korsakoff de los alcohólicos.

• Represión (olvido motivado). La persona olvida porque la información es perturbadora o dolorosa. Sigmund Freud pensaba que la represión de los recuerdos tristes o desagradables es un mecanismo de defensa para combatir la ansiedad. Pero a diferencia de la supresión, que es un intento consciente de no pensar en algo, la represión es inconsciente.

• Interferencia. Se produce a causa de la competencia entre las experiencias que una persona vive. Podemos distinguir dos tipos de interferencias: la interferencia proactiva, por la cual una información aprendida dificulta un aprendizaje posterior (por ejemplo, un estudiante de leyes que al realizar una oposición tiene que adaptarse a una nueva legislación), y la interferencia retroactiva, que se produce cuando un aprendizaje reciente interfiere en el recuerdo de la información pasada (por ejemplo, la memorización de un nuevo idioma interfiere con la persistencia de los ya aprendidos).

• Falta de procesamiento: La información se puede olvidar porque nunca se procesó por primera vez, y los recuerdos se disipan con el tiempo, si no se utilizan.

• Contexto inadecuado. La información es difícil de recuperar porque se aprendió en un ambiente diferente. Los recuerdos adquiridos en un estado, solo vuelven cuando la persona vuelve a estar en ese estado, pero no están disponibles cuando está en otro. Algún bebedor que oculta dinero o alcohol cuando está ebrio, es incapaz de recordar dónde lo escondió cuando está sobrio.

Alteraciones de la Memoria

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La psicología cognitiva distingue entre los procesos funcionales de la memoria(codificación, almacenamiento y recuperación), y los elementos estructurales (memoria sensorial, memoria a corto y a largo plazo). Las alteraciones de la memoria se concretan en los procesos de memoria a largo plazo y son calificados como amnesia.

Las causas del olvido suelen atribuirse a mantener poca atención (provocada por ansiedad o TDHA), falta de codificación (inadecuada codificación del material), déficit de almacenamiento (por deterioro o interferencia) o a fallos en la recuperación (por interferencias).

Existen muchas alteraciones de la memoria. Algunos trastornos son leves como la prosopagnosia (incapacidad para recordar rostros) y el fenómeno déjà vu(sensación de haber vivido ya algo). Sin embargo, otros son fallos graves y permanentes como las amnesias, hipermnesias y paramnesias.

• Amnesia: Es la pérdida total o parcial de la memoria, originada por un problema neurológico (una caída o un accidente) o por causas psicológicas. Podemos distinguir:

  • Amnesia anterógrada o de fijación.

  • Amnesia retrógrada.

  • Amnesias psicógenas.

  • Demencia senil.

  • Amnesias funcionales.

• Hipermnesia: es una exageración de la facultad de la memoria. Estas personas recuerdan datos inútiles, como páginas completas de una guía telefónica. Suele presentarse en jóvenes autistas.

• Paramnesia: Es la elaboración de «falsos recuerdos», se recuerda algo que no ocurrió. Hay personas que cuentan recuerdos falsos (confabulaciones) o son mentirosos patológicos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Algo mas...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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